Una empresa de Detroit está probando un sistema para evitar atropellos de ciclistas a través de una comunicación bici-coche.
En Detroit, la vieja capital del automóvil, la ciudad que vio nacer la cadena de montaje de Henry Ford, se cocina ahora, en pleno siglo XXI, un proyecto que tiene a las bicicletas como protagonistas.
Como no podía ser de otra forma, los coches también están implicados. Pero en este caso el foco está puesto en los ciclistas. La empresa de software Tome está convencida de que se puede evitar muchos accidentes con una comunicación bici-coche. Y en ello están trabajando en el corazón de la industria del motor del siglo XX.
El proyecto se encuentra en una primera fase muy primitiva, con lo que aún se le está dando forma. Pero lo que sí se tiene claro es que la bicicleta necesitará incorporar sistemas de comunicación y sensores. También los vehículos –no solo coches sino camiones y autobuses por igual– tendrán que llevar nuevo hardware.
La idea es que las bicicletas avisen automáticamente a los vehículos cuando ambos se acerquen. Así, el sistema de navegación de un coche podrá avisar a su conductor de que hay un ciclista cerca, por ejemplo, cuando la luz del sol le deslumbra.
Los responsables de Tome tienen previsto emplear inteligencia artificial para determinar cuáles son las áreas más peligrosas para los ciclistas. Evidentemente, esto se trata de un trabajo meticuloso, pues cada ciudad es distinta. No solamente difiere el trazado, también influye la forma de conducir en cada lugar. De la misma manera, las condiciones de las calles y carreteras, así como el clima, cuentan igualmente.
La idea es que la comunicación bici-coche se produzca en este sentido. Así, la bicicleta avisará al vehículo, que, a través de su sistema de navegación u otra aplicación, alertará al conductor. Sin embargo, desde Tome no quieren que el concepto se fragmente en plataformas diferentes. Se necesita una solución universal, que trabaje con todos los actores implicados, para garantizar su adopción.
¿Puede el ciclismo ser más seguro si las bicicletas son más inteligentes y "hablan" con los automóviles?
Jake Sigal quiere que andar en bicicleta sea más seguro. Para hacer eso, Sigal y su compañía de software del área de Detroit, Tome, planean hacer que las bicicletas, o sus accesorios, sean más inteligentes y les permitan comunicarse con los autos y camiones que ocupan las mismas calles, lo que a veces conduce a interacciones fatales.
Durante el próximo año, Tome trabajará en el sitio de prueba de vehículos autónomos Mcity en la Universidad de Michigan para desarrollar un software que pueda incluirse en accesorios y aplicaciones para bicicletas y automóviles.
El software, entre otras cosas, alertaría a los conductores de vehículos cuando haya ciclistas en el área para reducir potencialmente las colisiones. El sistema de navegación de un automóvil podría, por ejemplo, advertir a un conductor que podría tener problemas para ver debido al resplandor de la luz del sol que un ciclista está cerca. Todavía no se sabe exactamente cómo funcionaría la tecnología porque el proyecto se encuentra en sus primeras etapas.
Sigal dijo que el objetivo no es vincular el esfuerzo a una plataforma o producto y espera agregar socios a medida que avanza el proyecto. El equipo trabajará a través de la incubadora TechLab del Centro para el Emprendimiento de la Universidad de Michigan en Mcity, que puede proporcionar pasantes para estudiantes, así como investigadores y otros recursos. Mcity es un sitio de prueba de 32 acres en Ann Arbor para vehículos autónomos y tecnología de movilidad. Se inauguró en 2015 a través de una asociación público-privada.
Sigal, que es ciclista habitual y vive en los suburbios de Detroit, ve el proyecto como una forma de resolver un problema del que "todo el mundo habla", pero que nadie ha abordado adecuadamente. "Esto es algo que absolutamente salvará vidas si hacemos esto", dijo Sigal, quien conoce de primera mano los peligros que surgen al andar en bicicleta en las carreteras de Michigan.
Sigal, de 36 años, y su socio comercial, Massimo Baldini, están trabajando con Trek Bicycle en el proyecto y ellos mismos financian su parte. Sigal estima que la inversión total para todos los involucrados será de entre $ 1 millón y $ 1,5 millones. Aunque el equipo y la ropa para bicicletas se han hecho más visibles para los conductores en los últimos años, y la infraestructura para bicicletas, como los carriles para bicicletas, se está ampliando, la necesidad de aumentar la seguridad de los ciclistas es clara, dijo Sigal. Aproximadamente 45,000 ciclistas resultaron heridos y 818 murieron en 2015, según las últimas estadísticas federales de transporte disponibles.
Y a medida que el ciclismo ha ganado popularidad, el peligro para los ciclistas ha aumentado. Un estudio realizado por la Asociación de Seguridad en las Carreteras de los Gobernadores y State Farm señaló que 55 ciclistas más han muerto cada año desde 2011 en las carreteras de EE. UU.
Los sistemas de navegación en automóviles y camiones, equipos de ciclismo y aplicaciones para teléfonos inteligentes ya brindan la capacidad de enviar o recibir alertas y mensajes, por lo que permitir que las bicicletas y los vehículos se comuniquen debería ser manejable. Más desafiante será desarrollar tecnología que determine cuándo un conductor podría necesitar una alerta para vigilar a los ciclistas. Simplemente, alertar a un conductor, por ejemplo, de que un ciclista está cerca podría resultar inútil o molesto en áreas donde regularmente hay muchos ciclistas, por lo que se deben tener en cuenta esos escenarios.
Sigal dijo que el equipo quiere usar inteligencia artificial para ayudar a determinar las áreas más peligrosas para los ciclistas y brindar alertas apropiadas. La tecnología que se desarrollará consideraría las condiciones viales y ambientales, como el ancho de la vía y el clima, así como los registros de accidentes pasados y lo que dicen los expertos locales.
Hacer que la tecnología sea asequible sería clave para la aceptación. Es posible que un ciclista no pague $ 300 adicionales para comprar un artículo para su bicicleta que lo ayude a evitar ser atropellado por un automóvil, pero podría estar dispuesto a pagar más cuando ya está comprando un equipo, como un faro, que podría señalar un conductor cuando hay un ciclista cerca, dijo Sigal.
La tecnología que permite que las bicicletas y los automóviles se comuniquen también será fundamental a medida que los vehículos autónomos comiencen a viajar con más frecuencia en las vías públicas, dijo Sigal, y señaló que Trek se acercó a Tome para trabajar en el proyecto.
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